"Algún momento del 2018. El señor retratado por mi cámara es mi abuelo materno, Quique, quien todavía atravesaba las secuelas cognitivas de un infarto que había sufrido diez años atrás. Algo de eso se vislumbra en su mirada, pausada en el tiempo, varios minutos después de haber rellenado un crucigrama en su sillón, como hacía habitualmente. La foto es especial, ya que es la única y última que tomé de él; pocos años después, durante la pandemia del COVID-19, falleció plácidamente en su cama, acompañado por mi abuela. Su muerte fue la primera que atravesé con el dolor de la distancia y que recuerdo escuchando "Alfonsina y el Mar", otra canción de la Negra Sosa que ocupa un lugar privilegiado en el repertorio de este jardín."